Oímos continuamente hablar de las especies amenazadas y de la necesidad de ayudarles a mejorar su número de ejemplares. Al principio, este tipo de noticias nos alarman, luego nos ponen tristes y después incluso pueden llegar a sonar monótonas y aburridas. Total, los humanos tenemos nuestros propios problemas que atender ¿verdad?
Pues la verdad es que este es otro de los problemas que deberían formar parte de nuestro día a día. De hecho, uno de los más importantes, pues de él depende también nuestra propia existencia. La especie más avanzada e inteligente del planeta parece no prever el problema que ella misma está provocando por estar ocupada en seguir aumentando su poder, sus recursos y sus espacios.
A continuación, se enumeran las principales razones por las que es importante ayudar y proteger a los animales en el peligro de extinción y amenazados o en estado de vulnerabilidad:
1. La vida animal supone una red de especies insustituible, totalmente interconectada y con la que interactuamos.
2. Porque la vida animal ofrece servicios naturales esenciales para el ser humano: recursos medicinales, alimento y patrimonio natural.
3. Porque la biodiversidad es saludable para los ecosistemas.
4. El derecho a la vida, el amor y el respeto hacia estos y hacia la fauna.
La vida animal supone una red de especies insustituible
El hecho de que se extinguiera, por ejemplo, una especie de pez en un río supondría un problema para el resto de las especies, incluida la humana, pues, a pesar de que ese pez no fuera comestible y no supusiera un beneficio directamente apreciable para las personas, la función de ese pez podría centrarse en mantener los ríos limpios y las aguas potables. Lo mismo ocurre con las demás especies y grupos de animales, como los insectos polinizadores, como fuentes básicas para obtener alimento, o las aves, las cuales nos protegen de las plagas de insectos. Aunque es difícil predecir el impacto total que podría causar la pérdida de una especie en el planeta, este hecho podría llegar a provocar consecuencias desastrosas en el ecosistema, desencadenando reacciones que afectarían a las demás especies.
Así, el destino de todas las especies del planeta, incluida la del ser humano, están ligadas entre sí; todo está unido. Cada especie tiene su papel en el ecosistema, forma parte de una red de especies y aporta ese granito de arena insustituible en el mundo. La unión de todos esos granos o especies forman un resultado extraordinario que nos permite vivir de la manera que lo hacemos. La falta de esos granitos amenazados, las especies en peligro, alteraría las cadenas tróficas y los ecosistemas, lo que finalmente supondría un desequilibrio ineludible para la salud del planeta en general y para nuestro bienestar en particular.